¿Por qué hacemos ejercicio?
¿Por razones estéticas?
¿Para ayudar a reducir el estrés en nuestra vida?
¿Para tener una sensación de logro?
Si, para todo ello, y la lista podría seguir y seguir. Desde un punto de vista médico las investigaciones han demostrado que las personas que participan en programas regulares de ejercicio incluyendo 30 minutos al día de actividad moderada reducen notablemente los riegos de enfermedades cardiovasculares, diabetes no insulinodependiente, hipertensión arterial, osteoporosis, y cáncer de colon. Para algunas personas, estos logros son solo lo que el médico les recetó.
Pero aparte de estos beneficios a considerar el objetivo principal, cuando ya te apuntaste a una carera sería mejorar la velocidad y aumentar la resistencia. cuando ya tienes tus objetivos claros y decidiste comenzar a correr independiente de la distancia, el entrenamiento consiste en desarrollar el motor más grande y potente posible.
Estamos hablando de nuestro sistema cardiovascular y cardiorrespiratorio.
Los sistemas cardiovascular y cardiorrespiratorio, que incluyen el corazón, arterias, capilares y las venas, junto con los pulmones y su red vascular, realizan y permiten cinco importantes funciones requeridas para el ejercicio:
1- El corazón aporta oxígeno a los músculos activos a través de las arterias. 2- La sangre retorna a los pulmones a través de las venas para ser reoxigenada.
3- El calor generado por los músculos activos es transportado a la piel a través de arterias y capilares para ayudar a regular la temperatura corporal.
4- La glucosa (para la energía) y las hormonas (para la homeostasis) son transportadas hasta los tejidos activos a través del torrente sanguíneo. 5- Los productos de desecho del metabolismo son retirados de los tejidos activos a través de las venas y los vasos linfáticos para permitir la continuación de la actividad.
Texto: Belén Peralta
Profesora de Educación Física
Entrenadora D12W
Referencia: Triathlon Anatomy (book)